domingo, marzo 08, 2015

Sigo contando

Pues si, a pesar de que a mi hermano perruno le costó unos cuantos meses ver que yo no era como Nina, la verdad es que me gustó mucho tenerle conmigo y usarle de juguete miaumiauuuuu.
Yo fui creciendo como un gatito de casa la mar de feliz hasta que empecé escuchar a mamá decir muchas veces eso de "si, en cuanto tenga los 6 meses,lo castramos"; no le hice mucho a caso pues pensaba que seria algo divertido. Creo que era algo relacionado con los picorcillos que tenía yo por mis posaderas,tirando pal medio y que me hacían hacer pipís hasta en el teclado del ordenador (eso les mosqueó cosa mala,pero yo era chiquitín y no sabía que me pasaba jo).

Así que tras hablar con mi primera mama Leo, fuí en la furgoneta del trabajo de mamá dentro de una caja que no me gustó un pelo hasta la casa de un señor que no conocía de nada. Reconocí a mi Leo y vi que ella venía con más cajas y más gatos del refugio,todos íbamos a ser castrados en casa del veterinario de confianza de mamá Leo. A la que me despisté el tio me trincó y me pegó un pinchazo que al poco rato todo empezó a darme vueltas y mucho sueño.
Deciros que cuando me desperté ¡mis bolitas ya no estaban en su sitio, me las habían robado!. Mamá me contó que era para estar más tranquilo y que las gatitas me la trajeran al pairo; que es noche no podía cenar que aún estaba "muy grogui aún". Así que después de quitarme mi tesoro, encima ni agua ni comida,manda ronroneos...
A la mañana siguiente mamá se pegó un buen susto porque a la que me vi medio recuperado, salté de la cama y me fui a desayunar jeje. La verdad es que no me molestó nada la heridita y me recuperé muy bien; mamá parecia muy contenta porque a partir de ese día, dejé de hacer pises por encima de sus cosas.

Fui creciendo y pasé de tener una carita de pito a ser un hermoso gato con carita de pan, es que eso de tener lata para mi solo (mi hermano la respetaba mucho, prque él tenía su comidita que le hacia la abuela cada día), rico pienso y agua fresquita, pues me hizo volverme un señor gato. Tras mi robo se ve que tenían miedo que me volviera un botijillo andante, pero como soy un culo de mal asiento que no se esta quito ni queriendo, pues me hice un gato grande no gordete. Y así voy siguiendo.